Había
decidido, Sr. Presidente, interrumpir sine
die estas misivas que, desde que tuvo Ud. el acierto de comenzar a dirigir
los destinos de esta nación le vengo dedicando, a la vista del escaso eco que
de ellas se ha hecho (o por lo menos a mi me ha llegado). Sin embargo, tras
sesudas reflexiones (hasta donde mis posibilidades alcanzan), he decidido
felicitarle las pascuas porque creo que Ud. se lo merece.
Tiene
merito que nos haya liado la que nos ha liado después de hambrear dos
legislaturas y ser elegido a dedo como candidato a Presidente por el superlíder
mas atlético a este lado del Atlántico, tiene merito que se hiciera Ud. con una
mayoría absoluta en unos momentos de crisis generalizada en que la reacción del
pueblo es votar dictadores, como tantas veces se ha comprobado a lo largo de la
historia. Tiene merito que haya Ud. logrado en solo un año, aunar las
voluntades mayoritarias de los sectores más representativos de nuestra sociedad
(laboral, enseñanza, sanitario, judicial, policial) en su contra y obligarlos a
echarse a la calle como único medio de presión. Tiene merito que haya sido Ud.
capaz de rodearse de los ministros mas antipáticos, agresivos y con menos don
de gentes que se recordaban en este país, y tiene mucho merito que, con la
ayuda de alguno de ellos (cuyo nombre omito por no contribuir a la publicidad
de la que goza en exceso), haya Ud. logrado enconar las relaciones con Cataluña
hasta extremos que nos costará años reconducir; tiene merito que un año después
de su toma de posesión, nos haya conducido a una situación de desesperanza, y
de tal pérdida de derechos que no confío en ver recuperados nunca, a golpe de
decreto ley, como viene gobernando a imitación de otros regímenes que creíamos ver
desaparecidos para siempre; tiene merito que haya Ud. logrado que su partido se
mantenga en la más absoluta de las soledades contra el resto de los que
integran la Cámara, que también miran por el bien y la prosperidad de este
país.
Nos
mintió, Sr. Presidente, por mitad de la barba, cuando nos prometió, si lo
votábamos, seguir un programa que olvidó al día siguiente. Y nos sigue
mintiendo cada día cuando culpa, a estas alturas, al gobierno anterior de los
desastres que perpetra el suyo. Cierto que el malvado Zapatero fue culpable de muchos
de nuestros desastres (he oído decir que se investiga en la actualidad su
posible vinculación con los arcabuceros que acabaron con el general Prim), pero
muchos nos preguntamos cuando va a empezar Ud. a tomar medidas que realmente
sean capaces de levantar (en lo posible) este país y dejarse ya de echar las
culpas al campanero, hace años difunto.
Si
los logros conquistados por su gobierno durante este año eran los que se
almacenaban en su magín cuando el jefe lo propuso para sucesor, le felicito,
Sr. Presidente, los ha logrado plenamente.