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martes, 28 de julio de 2015

TRADICIONES (III)


Retomó Fernández el tema en la tertulia del día siguiente, después de recurrir al ordenador de su nieto.
—Siguiendo con las tradiciones catalanas: podemos remontar el origen de la Sardana tanto como queramos (como hacíamos con el padre Adán), a las danzas circulares prehistóricas, a la Grecia clásica o a las danzas de Cerdeña, pero lo cierto es que la ‘sardana larga’ no aparece hasta 1825 y que de 1850 data el primer tratado sobre el tema, obra de Miquel Pardás. Antes, había recogido la voz Sebastián de Covarrubias (Tesoro de la lengua castellana, Madrid, 1611): Cerdana, una dança que se usa en Cataluña, dicha assi por haverse inventado en Cerdania, pueblos cerca de los montes Pirineos, pero hasta 1825 no aparece la ‘sardana larga’, adoptada por los danzantes para evitar el problema de espacio que representaba bailar el contrapaso.
Tradicionalmente, se considera a Pep Ventura (1817-1875) el padre de la sardana tal como hoy se la conoce. Curiosamente, era oriundo de Alcalá la Real, provincia de Jaén, si bien es cierto que sus padres, ambos catalanes, se encontraban allí por circunstancias del destino paterno. Poco tiempo después volvieron definitivamente a Roses, de donde era oriunda la madre. Ventura dio a la cobla su definitiva estructura de nueve músicos e introdujo la Tenora, instrumento del que llegó a ser un consumado interprete. Fue requerido, al frente de su cobla, por la reina Isabel II en el año 1860 para homenajear al General Prim con motivo de su victoria sobre el sultán de Marruecos.
Ya veis que la sardana es antigua, pero no tanto, dos siglos y medio, más o menos.
—Hombre, ya son años!
—Sí, pero tampoco la prehistoria. Tradiciones que nos parecen ‘de toda la vida’, como si vinieran del tiempo de los egipcios o de los romanos, resulta que se inventaron hace media docena de generaciones. Por ejemplo, la famosa ‘diada’ catalana que conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas al mando del duque de Berwick durante la Guerra de Sucesión Española, fue el 11 de septiembre de 1714, hace ‘solo’ 300 años. De esa época se supone también al famoso ‘caganer’, aunque no es privativo de los belenes (o pesebres) catalanes, sino que aparece en casi todos los de España, que a su vez  tienen origen en Italia. Lo que es seguro es que no figuraba en el primigenio nacimiento compuesto por San Francisco de Asís en la Nochebuena del año 1223.
—Bueno, pero el himno catalán sí es bien antiguo, ¿no?
—‘Els Segadors’ data de 1899 en que Emili Guanyavents compuso la letra, aunque se basa en un romance popular del siglo XVII, recogido por Manuel Milá i Fontanals en su Romancerillo catalán de 1882.
—Jope, Fernández, hemos empezado con los moros y cristianos de Santomera y acabamos en los Pirineos.
—Ya ves, nuestra piel de toro es más bien un pañuelo.
—Hasta que empecemos a estirarlo por cada una de las puntas y acabemos haciéndolo un solar.

—No seas cenizo. 

martes, 21 de julio de 2015

TRADICIONES (II)

 Algunos contertulios se quejaron a Fernández de falta de respeto por las tradiciones.
—Nada más lejos de la realidad –nos dijo al día siguiente. Lo único que digo es que conviene investigar lo suficiente para que no nos la metan doblada, o dicho mas finamente, evitar en lo posible comulgar con ruedas de molino, cosa altamente desaconsejable para galillos sensibles. Es muy hermoso que tengamos mitos y tradiciones, pero también que no perdamos de vista de donde y cuando vienen y les demos la importancia que tienen; porque se corre el riesgo de aceptar esas verdades ‘acientíficas’ como incontrovertibles, sin serlo. Ya lo hemos visto con algunas de nuestras más queridas tradiciones.
—Hay otros pueblos que se constituyeron antes y tienen más historia que nosotros.
—Desde luego, hay algunos más antiguos que otros, para presumir de antigüedad, solo hace falta remontarse al padre Adán y todos primos hermanos, blancos, negros rojos y amarillos.
—No apunto tan lejos, me refiero a otros pueblos de esta piel de toro que no sabemos si ha de ser una o múltiple.
—Pues ya conoces la historia. Todos queremos ser diferentes y si es posible, los más antiguos, no sé para qué. Al fin y al cabo, terminaremos colonizados por los americanos. Fíjate en lo que celebran los chiquillos ahora, la fiesta esa del truco o trato y las calabazas con luces. Dentro de pocos años pensaran que eso viene del tiempo de los Iberos y el que no lo celebre, motejado será de retrogrado y acultural.
—Reconocerás que hay regiones que entraron en la Historia antes que otras y arrastran más poso de tradiciones y mitos.
—Si lo dices por tus amigos catalanes, te recordaré que muchas de sus tradiciones, están basadas en leyendas sin fundamento o en consideraciones pintorescas. El famoso pa amb tomaquet  se atribuye a los trabajadores murcianos que excavaron el metro de Barcelona[1]; inventaron ese artificio para ablandar el pan, no siempre recién horneado. Hablábamos de las vírgenes bizantinas propias de la mal llamada Reconquista; pues una de las principales es la de Montserrat, cuya tradición la sitúa hacia el año 800, en que fue descubierta en una cueva por unos pastorcillos, pero hasta el 11 de Septiembre de 1844, no sería declarada oficialmente por el papa León XIII patrona de la diócesis de Cataluña.
—¿Entonces, la Virgen de la Merced?
—Algo parecido a las de Murcia, pasaron de moda las bizantinas y aparecieron las romanas. La Virgen de la Merced fue coronada canónicamente en 1886, cinco años después de la de Montserrat.
—No me negarás que los catalanes son más conservadores, respetuosos y amantes de sus tradiciones que muchos otros.
—Líbreme Dios de negarlo (ni de afirmarlo). Solo te digo que muchas tradiciones, incluidas las catalanas, son bastante recientes y en muchos casos basadas en leyendas poco fiables. Por ejemplo, las famosas cuatro barras no son exclusivamente catalanas. Las evidencias más antiguas aparecen en los siete sellos de Ramón Berenguer IV (+1162), conde de Barcelona y príncipe de Aragón, datadas en 1150. La historia de Wifredo el Vellososo (+897) recibiendo el símbolo de las cuatro barras de Ludovico Pio en su lecho de muerte, es preciosa… pero inventada siglos después por Pere Antoni Beuter (1490-1555) en su obra Segunda Parte de la Cronica General de España, según se han encargado de probar los historiadores Martín de Riquer   y Menéndez Pidal de Navascués.
Las cuatro barras aparecen en las armas de Andorra y en el escudo de las regiones francesas de Languedoc-Rosellón, Provenza-Alpes-Costa Azul, Pirineos Orientales, Lozère, Formigueres, Latour-de-Carol, Le Perthus o Barcelonette; también en las provincias italianas de Reggio Calabria, Catanzaro y Lecce, y como enseña abreviada en Nápoles, y en otras villas y ciudades de América Latina. Ya ves si son famosas y comunes.
Se nos ha hecho tarde hoy, en la próxima entrega te cuento lo de la sardana y otras tradiciones.
—Que me place.
  






[1] BOTIAS, ANTONIO. Murcia, secretos y leyendas, Pictografía, Murcia, 2011. P. 47

martes, 14 de julio de 2015

TRADICIONES (I)



Recién concluidas las fiestas de moros y cristianos, una amiga madrileña afincada entre nosotros, compartió tertulia interesándose por la tradición de esas celebraciones en el municipio. Surgieron los inevitables comentarios sobre la idoneidad de tales eventos en una época de feroces restricciones para el pueblo llano, y lo pintoresco que resulta inventar unos moros de bigote al carboncillo, ropajes suntuosos, brillantes cimitarras de atrezo y puros de gran calibre, cuando a nuestro alrededor disponemos de los auténticos especímenes que contemplan esos fastos boquiabiertos desde la discreción de cualquier esquina que los mimetice.
—Son tradiciones que constituyen la verdadera esencia y cohesión de los pueblos -apunta Juan de la Cirila, que es muy de frases hechas.
—Cuidado con las tradiciones, amigo, que con frecuencia tienen más de leyenda infundada que autentico poso histórico, dice Fernández. Algunas que nos parecen casi prehistóricas, no son más que leyendas orquestadas por unos u otros intereses, hace cuatro días. Pongo por caso nuestra milagrera Virgen de la Fuensanta, que cualquiera diría nacida con la ciudad de Murcia hace siglos. Pues nada más lejos de la realidad: como sabes, hasta 1694, la patrona de la ciudad fue la Virgen de la Arrixaca, una virgen bizantina, sedente y morena como las vírgenes de arzón, típicas de la reconquista. En una competencia por la traída de lluvias (el agua para todos, ya ves, estaba presente en las broncas desde antaño), fue destronada por La Fuensanta, mucho más eficaz en esos menesteres: hizo nevar y llover a manta. Mira si llegó a tener predicamento La Fuensanta que durante las guerras napoleónicas fue proclamada Generala de las tropas españolas, según muestra el fajín que aún ostenta. Es patrona de Murcia desde 1731, pero no sería coronada como tal hasta 1927 por el luego cardenal Tadeschini. El Pleno del Ayuntamiento jamás revalidó el nombramiento.

—Hombre, ya imagino que no vendrá de la época de Abderrahamen, que era musulmán, de entonces nos habrán quedado los moros y cristianos.
—Pues no señor, puede que esas fiestas se remonten unos años atrás en otras zonas de Levante, pero sepas que en Santomera no se iniciaron hasta 1979 y en Murcia hasta 1983. Muchas de nuestras manifestaciones públicas, a excepción de las procesiones de Semana Santa, algunas de cuyas cofradías datan del S.XV, son recientes. Las celebraciones de origen más burgués y laico, como el Bando de la Huerta y el  Entierro de la Sardina, se iniciaron en 1851. Quizás organizadas por el mismo grupo de jóvenes señoritos que buscaban jarana, burla de los huertanos y escarnio festivo de las postrimerías. La Batalla de Flores, trasmutada hoy, por mor de las buenas formas en Desfile de las Flores, se inició en 1880.
—Pues entonces, los de Cartagena nos han echado la pata con los Cartagineses y Romanos, esos sí que vienen de lejos, no me lo negarás, de cuando Asdrúbal y compañía.
—La historia de Asdrúbal y su zagal tuerto y juramentoso sí que viene de entonces, pero las fiestas de Cartagena se celebraron por primera vez en 1990.
—Bueno, pero el Cristo de Monteagudo, como el del Corcovado, sí que es antiguo, porque lleva ahí desde que el mundo es mundo.
—Sí, desde 1926, se lo encargaron a José Planes cuatro años antes y problemas económicos hicieron que abandonara el proyecto. Acabó realizándose en 1926 por Antonio Nicolás. Luego lo volaron durante la Guerra Civil, lo reconstruyo en 1951 Nicolás Martínez Ramón y veremos en qué acaba con esto de los símbolos y la libertad religiosa.
—Pues visto así, le doy la razón a mis amigos catalanes, que son un pueblo bien apegado a sus ancestrales tradiciones, porque, tal como me lo has explicado, ¿qué hay de antiguo en esta región?
—Por ahora, tu y yo. Los catalanes, merecen capítulo aparte.
—Sea




martes, 7 de julio de 2015

¡PASARON LAS ELECCIONES!

—Habéis visto el periódico esta mañana -arranca Juan de la Cirila dejando el diario sobre la mesa- ya tenemos presidente. Mira, mira que selfie más gracioso se han hecho tos junticos, salen en primera página, son como chiquillos…
—Con la ayuda de un vecino, mató mi padre un cochino…
—No lo dirás por C’s, ¿verdad Cacaseno?
—No lo digo por nadie y lo digo por todos. Hemos pasado de la leche o el café a una mezcolanza que ya no sabemos a dónde va a parar el voto.
—Eso lo dices porque los tuyos están a pique de desaparecer. Están de capa caída los rojeras, por lo menos los antiguos.
—Eso lo digo porque ahora, votes lo que votes, van a hacer con tu papela lo que quieran. Los votos que se han ido del PP a C’s, han acabado otra vez en el mismo sitio y según les convenga a los dirigentes, pactan con unos o con otros. Los del PSOE que han ido a PODEMOS, igual. Al final, más de lo mismo, o romanos, o cartagineses. Para eso, más valía votar al original que a las copias, o no votar.
—Ya estamos con que todos los políticos son iguales, interviene Fernández.
—Iguales no, pero muy parecidos, sí. Se ha creado un perfil de político muy sospechoso: empiezan en las juventudes de lo que sea, van trepando a base de acomodar su pensamiento a las directrices del partido y hacen de eso una profesión que los mantendrá de por vida sin más esfuerzo que evitar en pensar nada que se salga de ‘la línea programática’. Se convierten en ‘la voz de su amo’, con altavoz y todo; autómatas que recitan siempre las mismas vaciedades y que jamás podrán alejarse de la mano que los alimenta. Y cuando las cosas vienen mal dadas, se tiran de la moto sin el menor empacho, quien sabe si para ofrecerse de nuevo al mejor postor.

—¿Lo dices por los míos, Cacaseno?
—Lo digo por todos, Juan, ese es un mal contagioso que ha invadido todo el espectro político. Que te diga Fernández, que ha leído, en qué medida se aparta esto del espíritu democrático que nos predicaba el estagirita.
—¿Cualo?
—A mi no me metáis en vuestros líos, Cacaseno, yo solo dije lo que Aristóteles entendía por democracia, pero no creo que las circunstancias actuales se asemejen a las de las polis griegas del S.IV a.C., aunque es cierto que si siguiéramos algunos de aquellos principios, ni habrían tantos profesionales de la política ni habríamos llegado a tanta corrupción.
—Por eso han surgido estos movimientos de nuevo cuño, Fernández, para traer algo de aire fresco a la política y apartar de una vez los sistemas vetustos y corrompidos.
—En eso estoy de acuerdo… en parte, Cacaseno, porque sospecho que, de matute, nos han colado unos cuantos aprovechados tan malos o peores que los de antes. No hay más que ver los curriculums que corren por ahí. Si son ciertos, el mal ya está hecho. En cualquier caso, no olvides que el principio incontrovertible de la democracia es que gobierna el que la mayoría decide, y hasta ahora han gobernado –y gobiernan- los más votados, así es que…

—Eso es lo que me tiene perplejo.
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